Libertad
Financiera
El Código del Dinero
Un compendio de este extraordinario libro
Conquista
tu libertad financiera
Este
es el capítulo más sencillo del libro porque no se trata de aprender sino de
desaprender. Cualquier cosa que desees conseguir llegará después de un proceso
de sustracción, no de adición. No busques la libertad financiera, mejor
deshazte de todas las barreras que has levantado entre tú y ella. Desarmados
los obstáculos nada os separará ya. Este libro está pensado para que
desaprendas lo que creías saber sobre el dinero y simplemente no es verdad.
Voy
a hacerte una confesión.
Mis ingresos, en la actualidad dice el
autor, no provienen de mi educación convencional. Mi actual libertad financiera
tampoco es fruto de mis estudios universitarios. Los años que pasé estudiando
macroeconomía, matemáticas financieras, estadística, econometría, historia económica o derecho mercantil no me han hecho
ganar ni un euro en toda mi vida. Lástima de tiempo.
Confieso
que lo que aprendí sobre el dinero, y merece la pena saberse, no me lo
enseñaron en la universidad donde me licencié en ciencias económicas, y tampoco
en las tres empresas multinacionales donde ocupé cargos financieros, o en los
tres bancos en los que trabajé. En realidad, el Código del Dinero lo aprendí
creando mi propio sistema de ingresos múltiples; y en estas páginas lo
compartiré contigo.
Sí,
durante mi proceso de transición de empleado a emprendedor aprendí algunas
lecciones esenciales. Y este libro es la quintaesencia del periodo más
interesante de mi vida. Cada vez más personas me consultan sobre cómo efectuar
su transición profesional de empleado a emprendedor y yo siempre les, sugiero
un proceso de COACHING que les apoye y plantearse una transición suave,
bien planeada, nada traumática. Iniciar una actividad profesional con independencia
no es un proceso sencillo, es preciso vencer la fuerza de la inercia, además de
los temores, mucho coraje y compromiso, además de disciplina y paciencia sin
límites. También sugiero empezar en pequeño, invirtiendo poco dinero pero mucho
talento y creatividad, porque sé que al principio se cometen errores.
Paciencia
y disciplina infinitas son las actitudes más rentables.
La
clave, como siempre y en todo, está en amar y disfrutar del proceso. Si las
metas son importantes, el proceso aún lo es más. El gran regalo de la vida es
en quién te conviertes mientras persigues tus metas. Con el dinero
sucede igual, consigues más si no te enfocas en hacer dinero sino en disfrutar
mientras sirves a las personas. Si lo planteas así, ten por seguro que el
dinero llegará sólo.
El
secreto para conseguir dinero no es perseguir el dinero.
Cuando
no necesitas dinero de un modo apremiante es mucho más sencillo crear
riqueza. Cuando lo necesitas de inmediato tus posibilidades se reducen y
todo lo que puedes hacer es trabajar por dinero. Por eso suelo decir que
la prosperidad económica no se consigue en un trabajo sino fuera de él.
La
prosperidad es un efecto y su causa son las creencias sobre el dinero y la
educación financiera. Todo aquel que aprenda cómo activar las causas de la
prosperidad, conseguirá inevitablemente riqueza material. «Dentro de cada vida se hallan las causas de lo que entra en ella»
(F. W. Sears, autor de Cómo atraer el éxito).
Es
cierto, el dinero ama a quien ama el proceso, no a quien ama el resultado. Lo
primero es la causa y lo segundo el efecto. Una estrategia centrada en los
efectos es tan absurda como esperar ganar la lotería sin haber comprado un
billete.
El
dinero es el efecto inevitable de activar sus causas. ¿Las conoces?
Deberían enseñarnos de
pequeños que éste no es un mundo de cosas sino de «ideas solidificadas».
Que
la realidad es una emanación de la mente. Y todo lo que ocurre en el mundo
material antes ha sido creado en la mente individual o colectiva. «Si lo ves en
tu mente lo verás en la realidad», pero si no puedes crearlo en tu mente no
estará en ningún lugar. Si, «los pensamientos son cosas», repítelo conmigo para
no olvidarlo. El dinero también es una idea, un concepto, así que deberás crearlo
antes en la mente. Puesto que tienes la capacidad de crear pensamientos
puedes crear riqueza.
¿El dinero es una idea? ¡El dinero es
una idea!
Parece
un juego de palabras ingenioso pero no lo es. Es un concepto sólido, casi puede
tocarse porque es real. El dinero es un amplificador de tus creencias, expande
aquello que ya está en ti. Si tu programación proviene de una mentalidad pobre,
el dinero escasea; si tu programación proviene de una mentalidad rica, el
dinero abunda.
El
dinero revela la idea que tienes del mismo, ni más ni menos. Permíteme la
siguiente metáfora: las personas llevan incorporado un «termostato mental» que
marca el límite máximo sobre el dinero que se permiten a sí mismas. ¿Qué
«temperatura económica» marca tu termostato? Es fácil averiguarlo: examina tu
declaración de renta, tus extractos bancarios, las cifras de tus ingresos... No
te pongas excusas en esto, son el «termómetro» que señala tu límite interior.
-
Pensamientos
pobres, comportamientos pobres, resultados pobres.
-
Pensamientos
ricos, comportamientos ricos, resultados ricos.
Algunas
personas afirman: «El dinero no es importante». Estoy de acuerdo y, a la vez,
no lo estoy. Tengo argumentos para ambas tesis: para quienes dicen que sí lo es
y para los que dicen que no lo es.
Para
quienes dicen que el dinero no es importante:
Por
lo general, lo afirman personas que viven con lo justo y hacen ese comentario
con un suspiro. Sus creencias se reflejan en su economía y no disponen de
suficiente dinero porque para ellas «no es importante». Yo me pregunto: ¿cómo
podrán conseguir aquello que no valoran? Porque cuando declaran que algo «no es
importante», lo que hacen es alejarlo de sí mismas. Tengo unas preguntas para
quienes afirman que el dinero «no es importante»: si no lo es, entonces ¿por qué
pasan 40 horas, o más, a la semana en un empleo durante 40 años o más?, y ¿por
qué aceptan una nómina a final de mes? Si no es importante, entonces es que no
es necesaria... ¿o sí? ¿Ves como sí es importante? Dos preguntas adicionales
para quienes aún no lo tengan claro. Una: ¿Si mañana dispusieran de cien
millones de euros, harían lo mismo de la misma manera y durante las mismas
horas al día? Dos: ¿Si les quedaran cinco años de vida seguirían haciendo lo
mismo?
Para
quienes dicen que el dinero sí es importante:
Por
lo general no desean pasarse la vida trabajando para ganarlo. Dado que no
desean estar siempre pendientes del dinero, resuelven ese tema de una vez por
todas. Zanjan esa cuestión cuanto antes y pasan a disfrutar de la vida.
Aprenden las reglas del juego del dinero y las aplican. Se forman
financieramente. Hacen los deberes y no esperan a última hora para prepararse
el examen. Como es un asunto importante para ellos, lo resuelven pronto y luego
se dedican a vivir.
Sir
Richard Branson, creador del imperio Virgin, afirma que todas las personas que
se acercan a él le preguntan cuál es su secreto, cómo gana dinero, pero lo que
Branson percibe es que en realidad lo que la gente quiere saber es cómo ellos
pueden ganar dinero, ya que, según él, todo el mundo quiere ser millonario.
La respuesta que les ofrece es la siguiente:
«Intento pasarlo bien. ¿De qué sirve
pasar todo el tiempo trabajando hasta quedar agotado? La diversión te refresca
y es estimulante a nivel espiritual. Saber reírse, amar y apreciar a los demás
es de lo que trata la vida». Gracias Mr. Branson
por aclararlo.
No
nos engañemos, el dinero no es importante para lo que no lo es y es importante
para aquello que sí lo es. Imagino que estamos de acuerdo en que el dinero
condiciona muchas áreas de nuestra vida. Por ejemplo, la falta de dinero es una
de las primeras causas de ansiedad, muchas parejas rompen por motivo de
discusiones sobre sus problemas con el dinero, y demasiadas vidas no se viven
plenamente por carecer de él. Las estadísticas nos dicen que los problemas
financieros son la primera causa de divorcio no es la falta de amor sino la
falta de dinero. Incluso pueden significar la diferencia entre la vida o la
muerte en situaciones límite.
Lo
que sigue no lo escribí yo, sino Dostoyevski: «El dinero es libertad acuñada».
Estoy
totalmente de acuerdo. El dinero compra la libertad para poder elegir qué se
hace con el tiempo. Sé muy bien que el dinero no da la felicidad, pero también
sé que la falta de dinero tampoco hace feliz. Está comprobado. El dinero no da
la felicidad, de acuerdo, pero te deja tan cerca de ella que puedes llegar
andando en unos minutos. De hecho, el dinero crea un estado mental tan parecido
a la felicidad que ni siquiera un experto neurólogo puede distinguir la
diferencia. Ahora en serio, sin bromas, cuando no estés presionado por la
necesidad de hacer dinero, te librarás de la preocupación de pensar a cada
minuto de dónde saldrá el siguiente euro y entonces ¡serás rico y libre!
Recupera
tu pasión y tu vida.
Las
personas que acuden a mi curso «Libertad Financiera» buscan tomar el control de
su destino económico. Son hombres y mujeres que quieren responsabilizarse de su
economía y ser autónomas respecto al dinero. Gente cansada de dar vueltas sobre
lo mismo y no llegar a ninguna parte. Si tú estás leyendo este libro, apuesto a
que eres una de esas personas y a que probablemente sientes que ha llegado el
momento de tomar las riendas de tu destino financiero. Empecemos, pues.
Mi
opinión sobre mantener un empleo, como única fuente de ingresos, es bastante radical
y no espero que todo el mundo esté de acuerdo con ella. Bajo mi particular
punto de vista, contar con una única fuente de ingresos es una temeridad.
Depender de un empleo es un riesgo del que deberíamos protegernos.
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